Biden tiene suficientes elementos para superar el estancamiento político de Estados Unidos
Las elecciones en Estados Unidos ya es un tema del pasado y la reacción entusiasta en los mercados financieros globales ha sido exactamente lo que cualquier libro de economía predeciría si un centrista convencional y predecible reemplazara a un populista extremista errático como presidente de Estados Unidos.
Más allá de la psicología de los inversionistas, hay varias razones fundamentales que justifican un repunte de Biden:
· La casi certeza de un mayor estímulo fiscal a corto plazo
· La alta probabilidad de una gestión de la demanda a favor del crecimiento en el mediano plazo
· La posibilidad de un auge mundial de la inversión en nuevas tecnologías de energía y transporte a largo plazo.
Sin embargo, la mayoría de los inversionistas, economistas y expertos políticos se muestran escépticos sobre todas estas posibilidades debido al fracaso de los Demócratas a la hora de retomar el control del Senado. Biden se podría ver paralizado de inmediato porque los Republicanos seguirán el mismo libro de jugadas que usaron para sabotear la administración de Barack Obama. Después de ganar una mayoría en la Cámara de Representantes en 2010, el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, bloqueó casi toda la legislación, convirtiendo a Obama en un presidente cojo durante seis de sus ocho años en el cargo. Ahora, el Senado, bajo el control del Partido Republicano desde las elecciones de mitad de período de 2014, volverá a crear un estancamiento y evitará el alivio de la pandemia, bloqueará la expansión fiscal y frustrará nuevas inversiones en energía o infraestructura.
Pero esta no es toda la historia. Hay nuevas características de la dinámica política en Estados Unidos que son importantes considerar:
· Es casi seguro que un gran proyecto de ley de alivio del COVID-19 sea aprobado por el Congreso incluso antes de que Biden preste juramento.
· Cuando Biden se convierta en presidente, le resultará mucho más fácil mantener el apoyo público al gasto público y resistir las presiones para la consolidación presupuestaria que Obama después de perder la Cámara en 2010. La crisis del COVID-19 ha transformado las actitudes públicas hacia el gasto y los préstamos del gobierno. Los esfuerzos Republicanos por resucitar la obsesión por los déficits, que sirvió bien al partido en 2010, no llegarán a ninguna parte hasta mucho después de que termine la recesión del COVID-19.
· Una mayoría Republicana en el Senado no será un bloqueo para evitar que Biden aumente los impuestos de manera significativa, especialmente si el estímulo se entrega principalmente a través de recortes de impuestos para la clase media.
La administración de Biden debiese ser inteligente para dirigir la inversión del gobierno central en proyectos locales en los estados clave de senadores Republicanos.
