Buenas noticias: el uso de combustibles fósiles alcanzará su punto máximo muy pronto
Cuando los líderes mundiales lleguen a Egipto para las conversaciones climáticas COP27, estarán entrando en un país que ya vive en un futuro abrasador. Egipto ya es casi 2°C más caluroso actualmente que a principios del siglo 20. El Acuerdo de París de 2015 estableció el objetivo alternativo de mantener las temperaturas mundiales por debajo de un umbral de calentamiento de 2°C para 2100. Dado que Egipto se está calentando casi el doble de rápido que el resto del planeta, es uno de los primeros en alcanzar el futuro más cálido del que habla el cambio climático.
Meses de calor, sequía, inundaciones e incendios sin precedentes en todo el mundo han aumentado las apuestas antes de la reunión de este año en la ciudad turística de Sharm el-Sheikh, en el Mar Rojo. Este verano en Egipto hubo olas de calor duraderas que excedieron los 40°C. El calor extremo ahora también es común en primavera y otoño, con una ola de calor en abril que llevó los termómetros en El Cairo, la capital, a 39°C. Estos efectos refuerzan las demandas de apoyo financiero de Egipto y otros países en desarrollo, que son responsables de una fracción de las emisiones históricas pero están pagando costos ambientales, económicos y humanos brutales.
Cada COP es importante para hacer avanzar la descarbonización y para delinear qué trabajo aún se necesita hacer.
El último informe de World Energy Outlook de la Agencia Internacional de la Energía (1) encabeza lo que llama la “primera crisis mundial de la energía” con un resumen amplio y profundo de disrupciones en el sistema energético mundial. La guerra de Rusia en Ucrania, las tensiones de suministro y los precios extraordinariamente altos significan que los consumidores de todo el mundo están bajo una presión alarmante y bajo esta presión, tenemos a la vista un acelerador de cambios fundamentales.
El Escenario de Políticas Declaradas de la IEA que esencialmente traslada las condiciones actuales de política y tecnología al futuro, es inherentemente conservador. Pero este año, el escenario todavía contiene una conclusión importantísima, incluso con las políticas vigentes, donde ve claramente un fin definitivo para los combustibles fósiles donde la demanda de carbón alcanzará su punto máximo en esta década, el gas natural a finales de la década y el petróleo a mediados de la década de 2030. Si además, agregamos los compromisos climáticos anunciados recientemente por los países; la demanda disminuirá aún más rápido. Dentro del sector energético, las emisiones de combustibles fósiles probablemente ya hayan alcanzado su punto máximo y se espera que bajen de más de 14 mil millones de toneladas por año en 2022 a menos de 10 mil millones de toneladas para 2050.
Por primera vez, las proyecciones fueron generadas por un modelo unificado que integra las fortalezas del Modelo Energético Mundial WEM y el modelo de Perspectivas de Tecnología Energética ETP. La combinación de las características detalladas de los dos modelos anteriores permitió preparar un conjunto único de conocimientos sobre los mercados energéticos, la inversión, las tecnologías y las políticas que serían necesarias para la transición hacia la energía limpia, el sector eléctrico, destacando que la energía eólica y solar serán los líderes en el futuro.
El salto esperado de este año en la generación eólica y solar es mayor que cualquier año de crecimiento en la generación de energía a gas, y también sería el quinto más grande en la generación a carbón. Esas tecnologías son reactivas a varios factores: el precio actual del combustible, el precio de energía en comparación con otros recursos y la actividad económica. Las energías eólica y solar agregan más generación incremental cada año y, hasta la fecha, ese crecimiento hja sido suavemente exponencial.
La nueva energía eólica y solar de este año equivale a aproximadamente el 1,6% del consumo total de electricidad en 2021. La nueva generación esperada para el próximo año está más cerca del 2,3% del consumo mundial de electricidad en 2021. El crecimiento de la energía eólica y solar por sí solo ahora no está muy lejos de las tasas anuales de crecimiento de la demanda de energía de 2015 a 2019, y está cerca de la tasa compuesta de cinco años antes de Covid-19.
La energía solar y eólica se está convirtiendo no solo en un mercado en crecimiento, sino en todo el crecimiento en la generación de energía global. Sin embargo, eso no significa que otros recursos entren en declive estructural. El verano pasado fue bastante instructivo en este sentido, con interrupciones forzadas que redujeron significativamente la generación de energía nuclear en Francia y la sequía que afectó a la energía hidroeléctrica en todo el mundo.
Más energía renovable y más transporte eléctrico no solo aplanan el crecimiento de los combustibles fósiles; sino que erosionan activamente su dominio. En la actualidad debemos tener en cuenta que las energías renovables representan en este momento el 13 % de la generación de energía mundial y que la energía eólica y solar generan más que la energía nuclear. El consumo de carbón creció solo un 0,1 % anual entre 2011 y 2021, y el de gas creció un 2,2 %. Durante esos mismos 10 años, la generación de energía renovable creció a un promedio del 15% anual.
El progreso hasta la fecha ya ha alejado al mundo de sus peores escenarios anteriores para el aumento de la temperatura global. Eso no significa que los negociadores climáticos deban descansar; en todo caso, debería darles la confianza de que es posible avanzar aún más.
(1) https://www.iea.org/reports/world-energy-outlook-2022/executive-summary#abstract
