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Conviene ser ético o rentable en los negocios de esta década que comienza

La única responsabilidad social de una empresa es aumentar sus beneficios, proclamó el economista Milton Friedman en 1970.

Estaba marcando el comienzo de una nueva era de primacía de los accionistas que dominaría la forma en que se dirigían las empresas durante casi medio siglo, con escasa consideración hacia la salud del planeta o las personas. Pero el crecimiento del movimiento de corporaciones B indica un cambio de mentalidad, ya que los accionistas, empleados y consumidores exigen cada vez más que el desempeño social y ambiental sea ponderado junto con el resultado final de una corporación.


En 2006, B Lab, una organización sin fines de lucro con sede en Estados Unidos creó un nuevo sistema de certificación para ayudar a las empresas a definirse a sí mismas como social y ambientalmente responsables. El marco, que incluye un umbral mínimo y un puntaje de escala móvil ascendente, se estableció como un contrapeso al dominio de los accionistas y para ayudar a evitar resultados como en 2000, cuando los inversionistas obligaron a los fundadores de Ben & Jerry's a vender la empresa de helados a Unilever.


En la actualidad hay más de 3.585 empresas B certificadas en todo el mundo en 74 países siendo el 2019 un año particularmente importante para el crecimiento, ya que el número de empresas B certificadas aumentó en un 25%.


Se ha demostrado en más de una década que los negocios éticos son el tipo de negocios que prosperan a largo plazo.


La marca de ropa Patagonia, una empresa B certificada desde 2012, ha impulsado constantemente los cambios hacia una agenda proambiental. El director de marketing Alex Weller comenta que dirigir una empresa rentable y ética son objetivos inseparables. Al ser financieramente saludable, podemos apoyar a los empleados y socios para que todos puedan concentrarse en ser una fuerza potente que atienda los grandes problemas que nos preocupan.


El beneficio de ser una empresa B certificada aún no se representa como un beneficio tangible aunque los estudios del London School of Economics encontraron que experimentan resultados estratégicos no financieros como una mejor reputación organizacional y gran medida, el reconocimiento a tener acciones socialmente responsables.


Tres cuartas partes de las empresas reconocen que ser una empresa B les ayudó a atraer o retener talento donde sus valores son muy importantes, especialmente para los miembros más jóvenes de la fuerza laboral.



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