Elementos ++ para el cambio climático del 2020 nos preparan para un 2021 con optimismo
Al igual que el comienzo de cada año de nuestra historia reciente, el planeta se está calentando, los desastres climáticos continúan ocurriendo y las emisiones no están cayendo lo suficientemente rápido como quisiéramos. Sin embargo, a diferencia de otros años, algunos elementos positivos en los últimos meses del 2020 nos preparan para un 2021 optimista.
En el último trimestre del 2020 vimos anuncios del cero neto de China, Japón y Corea del Sur, el Acuerdo Verde de la Unión Europea, el mandato de divulgación climática del Reino Unido y la elección de Joe Biden como el próximo presidente de Estados Unidos.
Si el mundo no reduce drásticamente las emisiones en las próximas décadas, nos veremos enfrentados a muchas crisis. Algunas incluso pueden ser tan graves como la pandemia actual. Pero esta carrera hacia cero emisiones tendrá que continuar. Lo que sucedió en el 2020 es quizás una fuerte señal de que la acción climática está comenzando a institucionalizarse, es decir, a integrarse profundamente en el funcionamiento del mundo.
La evidencia aparece en todas partes. La teoría económica sugiere que una forma de salir de una recesión es que los gobiernos gasten dinero para crear empleos lo más rápido posible. El objetivo es generar muchas veces el rendimiento de cada unidad de dinero público gastado. En el 2020, los economistas, los banqueros centrales y los ministros de finanzas coincidieron ampliamente en que muchas actividades ecológicas, como la infraestructura de energía limpia y el transporte sin emisiones de carbono crearán empleos con la suficiente rapidez como para facilitar la recuperación económica.
A medida que las tecnologías limpias se vuelven más económicas, se puede esperar que las recesiones económicas futuras se enfrenten con una mayor parte del dinero del estímulo destinado a las iniciativas verdes.
Muchos países también están adoptando leyes climáticas. El más significativo del 2020 es el que la Unión Europea estableció como un objetivo legalmente vinculante para alcanzar las emisiones netas cero para el 2050.
Inglaterra es un buen ejemplo que estableció un objetivo legalmente vinculante bajo la Ley de Cambio Climático en 2008 y desde entonces, el apoyo público a la acción climática ha crecido y, por lo tanto, sus objetivos legales se han vuelto más ambiciosos. Esta acción ayudó a que el Reino Unido redujera la mayor cantidad de emisiones entre los países del G-20.
El mundo no ha hecho aún lo suficiente en materia climática. Debemos alcanzar los objetivos más estrictos del Acuerdo de París y este desafío requerirá del tipo de reducciones de emisiones que vimos en el 2020 y repetir estas reducciones cada año, incluso cuando la pandemia finalmente se haya controlado.
Si bien la aceptación pública del cambio climático está creciendo, todavía existe una gran brecha en la comprensión pública de la complejidad de las soluciones y su impacto en la vida diaria. Con una mayor institucionalización de la acción climática de todos los gobiernos, el ciudadano común y corriente tiene que comprometer un grado mucho mayor de participación en sus acciones de cada día.
Si no nos involucramos todos los habitantes del planeta, entonces veremos un costo político que estará asociado a escalar la acción climática a los niveles que el mundo realmente los necesita.
