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Hemos pasado de la recuperación a la expansión. A la vista una nueva oportunidad de inversiones

El cambio que definió la era de los combustibles fósiles a la energía limpia generará un auge sin precedentes para los productos básicos y una nueva oportunidad de inversión en una gama de materiales relativamente desconocidos esenciales para entregar energía al transporte mundial y la industria pesada libres de emisiones.


La transición podría requerir hasta 173 billones de dólares en suministro de energía e inversión en infraestructura durante las próximas tres décadas y repercutirá desde las salinas de litio en Chile y Australia hasta las plantas de polisilicio en la región china de Xinjiang.


A medida que los vehículos eléctricos reemplazan a los movidos por combustibles fósiles, y los paneles solares y las turbinas eólicas reemplazan al carbón y el petróleo como las fuentes de energía más importantes del mundo, metales como el litio, el cobalto y las tierras raras tendrán una demanda que se acelerará rápidamente, junto con metales como el acero y el cobre.


Las perspectivas para los fabricantes de tecnología, los productores de metales y los industriales de energía son gigantescas. Numerosas acciones de energía limpia han duplicado su valor desde principios de 2020, y la aparición de contratos de futuros para materiales para las baterías y la proliferación de ofertas públicas iniciales en el sector ampliarán las opciones para ganar exposición.


Aunque los patrones de demanda cambiantes se señalan con mucha anticipación, los desarrolladores de proyectos necesitan con urgencia asegurar capital para nuevas minas o líneas de producción. Los esfuerzos para aumentar los suministros de materias primas clave, que pueden requerir años de exploración y construcción, deben comenzar ahora para mantenerse al día con los requisitos futuros. Esa presión podría ser más pronunciada para la infraestructura de carga de vehículos eléctricos y las baterías de iones de litio, que enfrentan curvas de crecimiento pronunciadas, aunque los sectores solar y eólico más establecidos se han visto desafiados este año por materias más caras.


Para el 2030, la demanda de cobalto, que se utiliza en muchos tipos de baterías, aumentará en aproximadamente un 70% y el consumo de litio y níquel por parte del sector de las baterías será al menos cinco veces mayor. También habrá una necesidad de mayores cantidades de manganeso, hierro, fósforo y grafito. El cobre, necesario en todas las tecnologías de energía limpia será un gran beneficiario.


Cuatro componentes clave de la transición energética, paneles solares, turbinas eólicas, baterías de iones de litio y unidades de carga de vehículos eléctricos, muestran la complejidad de las cadenas de suministro necesarias para ayudar al mundo a dejar los combustibles fósiles y cómo debería surgir la necesidad de grandes cantidades de metales cruciales.


El detalle de cada componente es el siguiente:


· Los paneles solares con la capacidad de energía de un gigavatio necesitan alrededor de 18,5 toneladas de plata, 3.380 toneladas de polisilicio y 10.252 toneladas de aluminio.

· Las turbinas eólicas y su infraestructura con la capacidad de energía de un gigavatio necesitan alrededor de 387 toneladas de aluminio, 2.866 toneladas de cobre y 154.352 toneladas de acero.

· Las baterías de iones de litio capaces de almacenar un gigavatio hora de energía requieren alrededor de 729 toneladas de litio, 1.202 toneladas de aluminio y 1.731 toneladas de cobre.

· Un cargador de vehículo eléctrico público rápido necesita 25 kilogramos de cobre y un cargador pequeño para usar en los hogares necesita alrededor de 2 kilógramos de cobre.


Los desafíos son enormes y las oportunidades son gigantescas.

Veamos un detalle de este panorama:


· Un aumento en la demanda de paneles solares a finales de 2020 tras la victoria de Joe Biden en las elecciones americanas y la promesa del presidente Xi Jinping de que China se convertiría en carbono neutral para 2060 tomó por sorpresa a los productores.


· Un aumento en el precio del polisilicio ayudó a revertir una década de costos solares a la baja y ahora se están construyendo varias plantas nuevas de polisilicio en China, para tratar de satisfacer la demanda.


· Las crecientes presiones de costos han comenzado a afectar el despliegue de proyectos eólicos, y el vencimiento de subsidios en China significa que se pronostica que las adiciones de capacidad caerán este año desde un récord en 2020, según el Consejo Global de Energía Eólica.


· Vestas Wind Systems A/S de Dinamarca, uno de los mayores productores de turbinas del mundo, ha recortado sus perspectivas para el remanente de 2021, citando el aumento de los precios de las materias primas y las interrupciones en las cadenas de suministro. Los precios del acero, un ingrediente vital para sus torres, se han disparado en Estados Unidos y también han avanzado en China y Europa.


· El suministro de materias primas de litio seguirá siendo escaso hasta 2022 a medida que aumente la demanda del sector de las baterías. El hidróxido de litio, el químico preferido para las celdas premium, podría sufrir escasez para 2027.


· La disponibilidad limitada de otros materiales ya está amenazando la capacidad del sector de las baterías para seguir el ritmo del auge de los vehículos eléctricos donde el litio y las láminas de cobre son una preocupación particular, que han visto subir los precios desde mediados de 2020.


· Las instalaciones de cargadores públicos a nivel mundial aumentaron más de un tercio el año pasado para llevar a un total mundial a 1,36 millones de puntos de carga y se prevé que las instalaciones de cargadores aumenten rápidamente hasta alcanzar los 309 millones de conectores en 2040, cuando la inversión anual del sector supere los 590.000 millones de dólares.


A medida que se acerca el súper ciclo de esta transición energética, una cuestión importante será observar si la industria minera, el sistema financiero mundial y los gobiernos podrán movilizar suficiente capital con la suficiente rapidez para generar nuevos suministros en consonancia con la demanda. Esto significa que las materias primas y las empresas que las producen deberían ofrecer mayores rendimientos, aunque también más riesgos, que los fabricantes de componentes, equipos o autos eléctricos.

Las empresas mineras más grandes del mundo, incluidas BHP Group y Glencore, están enfatizando sus vínculos con la energía limpia, mientras competidores más pequeños están naciendo. Los productores de litio, incluidos Pilbara Minerals y Orocobre, están avanzando más rápido este año que los gigantes de las baterías como Contemporary Amperex Technology. No importa qué tipo de batería un auto tenga, el litio y el níquel se necesitan en todas ellas.


Aun así, las acciones centradas en el verde se han tambaleado antes. Las valoraciones de los fabricantes de equipos solares cayeron desde un máximo de 2007, y los mineros de litio sufrieron más de dos años de pérdidas hasta principios de 2020 antes de reanudar las ganancias.


Está muy claro que la demanda se está acelerando por las materias primas que se utilizan en esos productos, donde también se debe considerar, a que estamos hablando de un período de tiempo bastante largo y que tan realista resulta este cambio en la matriz energética.

Las oportunidades están a la vista.


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